BIBLIA
Creemos que la Biblia (AT y NT) es la Palabra de Dios para nosotros. Aunque escrita a través de 40 autores de diversas procedencias, en un periodo de 1,500 años; el Espíritu Santo guió sobrenaturalmente su escritura. La Biblia literalmente es inspirada por Dios, libre de errores en sus escritos y es nuestra autoridad final en todas las áreas de la vida (fe y conducta).
DIOS
Creemos en el único verdadero Dios existente eternamente en Tres Personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu. Son tres, pero uno; Distintos, pero iguales. Esta misteriosa unión de personas co-iguales es lo que llamamos Trinidad.
• Padre: Dios Padre, el autor y Señor de todo. Antes de la creación del mundo, Él planeó enviar a su Hijo Jesús, para redimir a la humanidad. Dios es omnipotente, omnipresente y omnisciente, así que nada de lo que sucede, estorba su buen plan para el mundo.
• Hijo: Jesús es Dios Hijo. Él es el mesías (Cristo) que le fue prometido a Israel. Es creador, salvador y en él habita la plenitud. Vino a la Tierra, fue concebido sobrenaturalmente por el Espíritu Santo y nació de la virgen María. Vivió una vida sin pecado, y fue crucificado de acuerdo al plan de redención de Dios. Venció la muerte (enemigo) con su resurrección corporal. Después de esto, ascendió al cielo, donde existe en un cuerpo glorificado y ahora actúa como nuestro abogado e intercede por nosotros ante Dios el Padre y un día volverá por su Iglesia y después reinará sobre la Humanidad.
• Espíritu Santo: Dios Espíritu, la 3ª persona de la Trinidad. No es sólo una fuerza o poder, sino el verdadero Espíritu de Dios. Él convence al mundo de pecado, nos lleva a una vida recta y advierte del juicio inminente. Es un depósito en la vida de cada creyente que garantiza nuestra herencia futura (vida eterna). El Espíritu fortalece la predicación, enseñanza y comprensión del Evangelio. Recibimos dones del Espíritu que nos permiten edificar el cuerpo de creyentes y trabajar hacia la misión de Dios en el mundo. El está CON el ser humano, pero cuando la persona nace de nuevo, no tan sólo CON, pero ahora también está EN él y posteriormente, después del bautismo del Espíritu Santo estará también SOBRE él.
GRACIA
La salvación de la humanidad depende totalmente de la gracia (favor inmerecido) de Dios mostrado a través de la encarnación, vida inmaculada, muerte y resurrección del Unigénito de Dios; de modo que todo aquel que crea en Cristo y le reciba como Señor y Salvador nacerá de nuevo para ser un discípulo de Cristo y recibir la vida eterna.
GENTE
Creemos que la humanidad fue creada a imagen de Dios como hombre y mujer. El primer hombre y la primera mujer (Adán y Eva) pecaron y, como resultado, experimentaron la muerte física y espiritual, que es la separación de Dios. Dado que cada ser humano es su descendiente, todos nacemos con una naturaleza pecaminosa. Nuestra inclinación natural es pecar y pecamos con nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras acciones. Este pecado ha roto nuestra relación con Dios y, a menos que se trate, resultará en la muerte eterna y la separación de él.
SALVACIÓN
Creemos que Jesús murió por los pecados del mundo. La muerte y la ira que experimentó, es lo que merecemos con razón debido al pecado, pero él nos sustituyó. Todos los que ponen su fe completa y totalmente en él, son declarados "No culpables" por Dios debido a su sacrificio. Todo el que recibe a Jesús por fe, experimenta una nueva vida. La Biblia se refiere a esto como "2º Nacimiento" o como "nacer de nuevo". Para todos los que hacen esto, se convierten en hijos de Dios y reciben vida eterna.
ADORACIÓN
La Biblia expresa que todo lo que respira, alaba a Jehová; de hecho, todo fue creado para gloria de Dios, especialmente los seres humanos, a través de la adoración, buscamos expresar Su verdad, nuestro amor y gratitud para con Él; y esto lo hacemos de múltiples formas, principalmente con nuestro estilo de vida.
ÚLTIMOS TIEMPOS
Creemos en la existencia de un demonio. Tiene varios títulos y nombres, todos describen lo malvado y rebelde que es: el engañador, acusador (significado literal de Satanás), un mentiroso desde el principio y enemigo de nuestras almas. Busca destruir la vida y el alma de las personas, tal como lo hizo al principio con Adán y Eva. Dios permite que el enemigo tenga cierta cantidad de poder e influencia en el mundo, pero es limitado. Un día, Dios juzgará a Satanás y a todos sus demonios, junto con todos los que rechacen a Jesús. Sufrirán porque Dios no pasará por alto su iniquidad impenitente. Su castigo es demasiado terrible para las palabras, pero la Biblia dice que serán castigados eternamente en un lago de fuego… Creemos que la esperanza bienaventurada de los creyentes es el inminente regreso y aparición de Jesús.
Anhelamos verlo, porque es nuestro Salvador. Después de esto, establecerá un Reino que nunca será destruido ni derrocado.Creemos en el futuro, la resurrección corporal de toda la humanidad. Para aquellos que pertenecen a Jesús, vivirán con Dios para siempre cuando el cielo se una a una tierra redimida. Para aquellos que rechazan a Jesús, serán separados de Dios en el infierno para siempre. En este acto final de misericordia, Dios les da lo que siempre han querido: ser independientes de él.
IGLESIA
Creemos en la Iglesia, formada por todos los creyentes en Jesucristo en todo el mundo. La Biblia se refiere a la Iglesia como el Cuerpo y la Esposa de Cristo. Le pertenecemos. Nuestra misión es la misión de Dios: Predicar el Evangelio de Jesús en todo el mundo y anunciar que las personas pueden reconciliarse con Dios. Creemos en la iglesia local, que es la expresión del Cuerpo más grande de creyentes. Aquellos que pertenecen a la iglesia local tienen la responsabilidad de hacer una inversión allí con su tiempo, habilidades, recursos y dinero. Creemos que el Bautismo y la Cena del Señor (Comunión) deben ser una parte regular e integral de la liturgia y vida de la iglesia local. Bautizamos con inmersión porque simboliza la muerte, sepultura y resurrección de Jesús. Celebramos la Cena del Señor para recordar el sacrificio de Cristo por nosotros. El pan y la copa son los símbolos del nuevo pacto, que representan el cuerpo y la sangre de Jesús…
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